Bioseguridad de los transgénicos se define como el conjunto de medidas y acciones requeridas para minimizar los potenciales riesgos que puedan ocurrir cuando se utilizan Organismos Vivos Modificados (OVM), derivados y productos que los contengan.
Mediante el establecimiento de normas, la bioseguridad busca resguardar los intereses públicos y privados, permitiendo solamente la aplicación responsable de la biotecnología para mantener un balance entre la protección de la salud, el ambiente y la biodiversidad, facilitando el comercio y la transferencia de tecnologías.
Diferentes organizaciones internacionales han promovido y fortalecido estos mecanismos, entre ellas, la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas (FAO), el Codex Alimentarius, organización internacionalmente reconocida para la evaluación de la inocuidad de los alimentos y la seguridad alimentaria y la Organización Mundial de la Salud (OMS).